lunes, 27 de octubre de 2014

El Viaje Continúa

   Sí, ya sé, he estado un poco desconectado. Al principio era porque durante unos días no ocurrió nada, y luego, las cosas como son, me daba bastante hueva. La verdad es que disfruto de cada segundo que paso con la Princesa. Con cada minuto, con cada sonrisa suya.

   Porque sí, se sigue demostrando que los cuentos existen, y que todo se consigue si uno lucha lo suficiente por ello. Si uno sabe lo que quiere. Si lo tiene claro. Yo sé que amo a la Princesa. Y ella lo sabe. Y yo sé que lo sabe, porque se nota mucho. Y así cada día que pasa es mejor que el anterior, porque vamos construyendo algo que cada vez se siente más sólido.

   Bueno, hagamos un pequeño descanso para hablar de Jerön. Durante dos semanas ha estado aquí de vuelta nuestro compañero y amigo. Vino a trabajar en nuestra oficina unos días, y ya se regresó a seguir trabajando para nuestro proyecto, pero desde su empresa en Holanda. No parece estar funcionando muy bien, mi jefe hoy tenía un cabreo digno del tío de Will Smith. Pero las semanas que ha estado aquí lo hemos pasado muy bien. Hemos salido de cervecismos un par de veces, y otro amigo nuestro parece haber encontrado pareja. Quién sabe cómo acabe aquello.

   Ha sido una pena tener que despedirse de él otra vez. Pero bueno, tal vez, por cuestiones de trabajo, tenga que regresar en algún momento.

   Se acerca el invierno. Y no lo digo por frikismo, es que realmente se está acercando. Ya se está notando el frío, especialmente cuando oscurece. Ayer fue el cambio de hora, que nunca entenderé. ¿Que cuando llega el frío y la noche es más larga se atrasa la hora para que se haga de noche todavía más pronto? En cualquier caso, aquí el cambio de horario no es el culpable del tiempo que hace. La semana pasada nevó un poco, aunque no lo suficiente para que cuajara. Estamos esperando que caiga ya una buena nevada, que deje todo cubierto y suavice un poco la sensación térmica. El cielo está despejado estos días, y el frío es cortante.

   La semana pasada fuimos al ayuntamiento (Gemainde). La intérprete que pretendíamos utilizar nos falló en el último momento. Nos iba a poner en contacto la mujer que tradujo nuestros documentos, pero esta mujer se marchó a Portland sin avisar. Y ya no hubo manera de ponerse en contacto con ella a tiempo. Su oficina nos consiguió otro traductor en nada de tiempo.

   Por cierto, que la gente aquí se pasa de educada. Llamo al traductor, y por pura costumbre pregunto Sprechen Sie Spanisch? Y me contesta "un poco". ¿Un poco? ¿Un poco? Se supone que es un traductor jurado, más vale que hable más que un poco. Bueno, es eso, la humildad de los austríacos, porque la verdad es que el hombre habla suficientemente bien. Mejor dicho, comprende suficientemente bien. Hablar, habla un poco como Michael Robinson.

   Por cierto, no quiero dejar de pasar la ocasión de hablar del coche de la traductora. EL coche. Mono volumen, navegador de a bordo, sensores de cercanía en los cuatro lados, ¡una videocámara posterior para aparcar!... Vamos, que nosotros queríamos un coche bueno, pero con uno como ese nos conformamos. Eso sí, espero que alcance en cuatro puntos la velocidad de la luz, si no me voy a sentir muy decepcionado.

   Bueno, que me voy por los cerros de Úbeda (die Ubeda Hügeln). Con este intérprete (dolmesch) fuimos al Gemainde donde ya, los tres (concejal de turno, Princesa y Princeso) firmamos un documento que establece que efectivamente nos queremos casar...

   ...el 22 de noviembre. Oeeeoeoeeeeeee. Los dos patitos. El 22 de noviembre seremos marido y marida. Y, un año más tarde, maridísimo y maridísima.

   Estamos preparando cosillas para los invitados que tendremos, unos diez, incluyendo a mi familia, que me cuentan que ya tienen los boletos comprados. Será una boda sencilla pero bonita. Habrá flores, música (proporcionada por el Gemainde, así que sabe Dios cuál), una funcionaria del Stadt de Sankt Johann a la que aún no conocemos, nuestro intérprete Michael Robinson, y nosotros mirándonos a los ojos con mucho amor mientras apenas oímos una voz precisa diciendo junjaujsjanfuasnjajsjfkasjajedjfenjenden.

   Coñas aparte, la verdad es que tengo muchas ganas de casarme con mi Princesa. Cada día que pasa la quiero más, cada vez estoy más feliz, y cada vez tengo más y más ganas de llamarla mi esposa. De pasar tiempo juntos, de seguir construyendo juntos esto tan grande que estamos construyendo. No, un barco no, locos, me refiero a nuestra relación.

   No sé cómo decirlo, porque no hay suficientes palabras en el diccionario, pero es la verdad. Cada vez que ella se ríe es como si amaneciera de nuevo. Cada vez que me abraza sé que mi vida finalmente tiene sentido. Cada vez que me acaricia la cabeza sé que nací para estar justamente aquí. Y cada vez que necesita el apoyo de alguien sé que nací para estar justamente con ella.

   Quiero saber que la vida con ella no va a terminar. Porque sí, porque sí, porque sí.

« Es genial, tío. Estar con ella es mucho mejor que... que... ¡que no estar con ella! »
- "Friends"
 PD: Me parece que esta cita ya la había puesto...