viernes, 8 de agosto de 2014

Un admirador, un amigo

   Sí, todas ellas jajajaja.

   Sé que tengo esto bastante abandonado. La verdad es que tampoco ha ocurrido últimamente gran cosa de relevancia. Puedo hablar de trabajo. Uno de mis jefes, que es puro administrador, se está poniendo un poco cansino con que actualicemos las horas de los proyectos (las que llevamos trabajadas y las que están pendientes). Lo repite tantas veces al día que realmente dan ganas de tirarle un reloj de pared a la cabeza o algo.

   La Princesa y yo hemos empezado a tomar clases particulares de alemán por las tardes, con una familiar que es profesora de alemán. Va bien, pero es realmente duro pronunciar correctamente este idioma. Además, hay una dificultad añadida: que ella y yo partimos de bases idiomáticas diferentes. Aunque los dos hablemos español, yo entiendo que para ella, por ejemplo, debe de ser difícil entender el significado de ihr, dado que en mexicano nunca se usa el vosotros.

   Por otra parte, hay cosas que yo creía que eran diferentes. Por ejemplo, creía que había algún tipo de regla para diferenciar cuándo una palabra se escribe con ß y cuándo se escribe con ss (que se pronuncia exactamente igual). Según esta profesora no, las dos letras son perfectamente intercambiables y es indiferente cuál se utilice.

   En una cosa nos equivocábamos: parece que la presencia de la Princesa aquí y el buen tiempo que tuvimos en marzo no estaban relacionados. Eso, o el dios de los austriacos quería venderle lo bonito que es el país. Porque desde que llegamos prácticamente no hemos conocido un día con lluvia. Claro que no llueve a todas horas, ni mucho menos, pero todos los días llueve aunque sea un poquito. ¡Esto sí que es un verano!

Ni a eso soy capaz de meterle un gol
   Comparado con las comidas mexicanas, evidentemente las de aquí son bastante insaboras. Pero parece que hemos conseguido superar ese problema: hemos descubierto una muy recomendable página alemana, www.mercadomexicano.de (la publicidad es gratis, meine Freunde), donde hay bastantes productos mexicanos para comprar online. No hay de todo, pero sí bastante para quitarnos el mono. Esperemos.

   El otro día fue nuestro aniversario. Los diez mesecitos más felices de toda mi vida. Y la Princesa preparó una cena estupendísima con dos platos, y tenía el dormitorio decoradito (no diré de qué, jeje), y teníamos velas, y vino italiano... Precioso. Estoy intentando que me enseñe a bailar, pero no se atreve. Cree, con bastante razón, que soy un pato cojo, borracho, mareado y medio sordo. ¡Pero yo quiero aprender a bailar con ella!

   Sobre el tema de la Casa que Enloquece, los documentos de ella ya están apostillados y listos para que nos los envíen en cualquier momento desde México. Los míos los hemos pedido por dos vías: además de a través del consulado, que parece que sólo se comunica con la embajada, y la embajada parece que sólo se comunica con España via valija diplomática quincenal, también hemos solicitado mi certificado de nacimiento online para ver si nos lo envían más deprisa.

   Últimamente rompemos cosas. Somos de romper. Han caído ya copas, vasos, somos incapaces de pegar una estantería de baño, y la lavadora empieza a dar problemas de fugas. Además, tenemos manchas de humedad, y de momento no he sido capaz de hacer entender a los caseros que, aunque lo limpiemos y lo pintemos, si no lo solucionan, va a volver a pasar. Mañana haremos otro intento de explicárselo.

   Mis padres han empezado un largo viaje en coche hacia acá. Han partido esta mañana, y esperamos que lleguen el domingo a mediodía, o así. Hace ilusión. La verdad es que también creo que será bueno que, al menos por unos días, la Princesa pueda hablar con más de dos o tres personas. Serán cinco. Pero bueno, ya será a cualquier hora, no tendrá que esperar a mediodía para poder hablar en voz alta con alguien. Creo que puede ser un descanso para ella.

   Estamos viendo muchas películas. Me voy a aficionar a Cantinflas. Es como una versión mexicana de Groucho Marx. Ya hemos visto El Padrecito (entretenidilla) y El Barrendero (divertidísima). No sé cuál será la siguiente. He pensado en enseñarle a ella nuestra muy local Atraco a las tres, pero me da miedo que haya que ser muy español para entenderla. También vimos hace no mucho una película dramática sobre un hecho histórico de México que yo no conocía, una matanza de estudiantes ocurrida en 1968. Lo del derecho a la libertad de expresión es una cosa más reciente de lo que nuestra generación se imagina, y pienso en algunas personas que conozco, y no deberíamos despreciarla.

   La vida sigue, cada vez mejor, cada vez más divertida, cada vez más chida. Tengo ganas de ir teniendo el papeleo preparado para empezar a preparar el siguiente paso.

   Sigo amando a mi Princesita de Chocolate, mi flor, mi Chikitruskis, más y más cada día que pasa.


« Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, ¡un siervo! »
- Jose Luis López Vazquez en "Atraco a las tres"

No hay comentarios:

Publicar un comentario