domingo, 30 de marzo de 2014

Sillas vacías, mesas vacías

   Ya marcharon todas las visitas. Y la verdad es que ahora la casa se me hace demasiado vacía, demasiado silenciosa. Echo de menos a mis padres llenando las habitaciones. También echo muchísimo de menos a la princesa. Giro la cabeza y me muero de ganas de verla en la cocina, o en la mesa mirando las fotos, o buscando música de su país (¡larga vida a Los Tigres del Norte!). Oír su risa cada vez que ve una foto en la que salimos con cara mensa, o cuando oye una palabra pronunciada en español de España (Ce-Y-A).

   La semana con mis padres ha estado muy bien. Hemos visitado muchos sitios, aprovechando el coche, que habrían sido difíciles de visitar de otra manera. Hemos visto Zell am See, hemos visto Hallstatt (impresionante lugar), hemos subido por la carretera de Alpendorf. Ellos se han quedado encantados con Salzburgo. Y con toda la zona de los Alpes. Jaja, me parece que van a renunciar a Asturias o a Guadarrama y se van a comprar algo aquí. Estaría bien chido. Creo que no se han atrevido mucho a comer comida típica del lugar. Reconozco que yo mismo aún no he probado un goulash, y ciertamente debería.

La iglesia de Sankt Veit. Este sitio tiene
que estar genial en verano lleno de gente.
   Con su visita aquí he hecho algo que no hacía desde semanas atrás, que es ver telenoticias de España. No acabo de entender que tan poca gente rechace la violencia según en qué situaciones. La verdad es que tengo muy malos augurios respecto de mi país. No porque a veces parezca que va camino de una situación de violencia que de verdad vamos a lamentar (llamémoslo guerra), sino porque a veces parece que, de hecho, la estamos pidiendo a gritos. La verdad es que, siento decirlo, pero no tengo ningún deseo de regresar. No en este momento, al menos.

   Excepto, por supuesto, para la boda de mis amigos que se casan en un mes, y a la que sí tengo mucha ilusión en acudir. ¡Un mes! ¿Asusta, chicos? Ya tengo reservado el vuelo, el hotel, y me falta saber cómo voy a ir de Madrid a Baena, pero bueno. Alguna manera encontraremos.

   Más cosas sobre España: Hacienda me reclama unos mil euros por no haber declarado estar recibiendo la Renta Básica de Emancipación (una ayuda para la gente que se independiza) en la declaración de 2012. En realidad yo estoy bastante convencido de que aquel año ya no recibí dicha ayuda, pero tengo pendiente confirmarlo con el banco. Me parece a mí que el Estado se agarra a un clavo ardiendo para tratar de conseguir dos duros. Lo malo es que, por estar aquí en Austria, he tardado bastante más de 10 días en recibir la notificación, y poder hacer alegaciones. Pero a ver si podemos encontrarle solución. Lo primero es eso, confirmar que efectivamente aquel año ya no percibí dicha ayuda.

   Otra cosa de relevancia que ha ocurrido aquí últimamente: nos hemos despedido de nuestro querido compañero Jeroen, el holandés. Estaba subcontratado, y nuestra empresa ha dicho que sus servicios salían demasiado caros (la versión oficial es que no hay trabajo que darle; es tan penosa que resulta hasta cómica). Hoy regresa a Holanda. Y la verdad es que tenemos que estarle muy agradecidos por cada minuto que nos ha dado, porque siempre conseguía llevar la alegría colectiva de la gente con la que estuviera a otro nivel. No se puede olvidar sus ganas de salir, de divertirse, de beber, de bailar, de reír, de hacer que el tiempo de todo el mundo fuera más agradable. Me temo que lo echaremos de menos mucho más de lo que imaginamos. Para el recuerdo siempre quedará también la noche de la fiesta llena de holandeses en la que estuvimos él, Aida y yo. Ellos bailando. Yo haciendo el tonto.

Hallstatt. Hasta ahora, el sitio que más me ha gustado de Austria.
   Ayyy Aiditaprincesa. De verdad te digo que no paro de pensar en ti, en cada cosa que hago. Cada bocanada de aire tiene tu sabor. Las paredes de la casa me preguntan dónde estás, la cocina llora porque mis manos ásperas las hace añorar tu toque delicado y lleno de buen gusto. Hay demasiado espacio libre ahora. La luz no es luz de verdad si no sirve para iluminar tu sonrisa. La música son ruidos molestos si no la estás escuchando tú.

   Ahora ya tenemos reservado el vuelo para cuando yo vaya a abrazarte a tu casa, a dar las gracias a tu familia por haber hecho a un ser tan fantástico. Quiero dar un beso a cada baldosa del suelo por la que hayas pasado. Ansío ese día. Y ansío el día en el que estemos juntos para ya no más separarnos. Será pronto. Será rápido. Y serán nuestros sueños hechos realidad.

« Por favor, no te rindas, Des. Porque lo único que necesitamos para sobrevivir es a una persona que nos ame de verdad. Y tú la tienes. »
- "Lost"

PD: El título hace referencia a un tema impresionante de Los Miserables.

1 comentario:

  1. Bajón en tu estado de ánimo. Normal al volver de las ocupaciones diarias y encontrar la casa vacía y todas las cosas exactamente donde las dejaste. Ponte de nuevo las pilas, cuanto antes. No estás solo, solo estás lejos.

    Aunque los consejos de papá siempre huelen a rancio, no me resisto: Está fenomenal tener planes de futuro, y da mucha alegría cuando esos planes se van consiguiendo pero es necesario vivir el presente. Sigue esforzándote en tu integración al entorno, no solo el idioma, también, y sobre todo, en conocer nuevos sitios, nuevas costumbres, nuevas gentes...y disfrutar de lo que te ofrece cada día; no se repetirá.

    ResponderEliminar