jueves, 5 de junio de 2014

Doscientos Cuarenta Y Tres

   Tal día como hoy, hace exactamente ocho meses (y además, creo que más o menos a esta hora), cayó del cielo una fuente de luz sobrenatural, mística, maravillosa, que vino a llenar mi corazón y mi vida de una felicidad que nunca antes había conocido. Hoy hace ocho meses que las nuevas tecnologías, de las que llevo ya algún tiempo renegando (y de la que voy a seguir renegando, porque la mayoría de las veces, jopelines) propiciaron que me encontrase con una flor llena de colores vivos y preciosos en mitad de una estepa siberiana gris y fría.

   Y tomé esa flor sin pensar demasiado si sobreviviría a mi invierno particular. Y es que yo nunca he sido excesivamente bueno con las plantas, o al menos, nunca he tenido muchas en casa. Pero esta flor cogió raíces, y empezó a crecer y a fortalecerse. Y resultó que la flor, dentro de mi casa, era mucho más hermosa aún de lo que me había parecido allá en la estepa. Y daba una fragancia que inundaba los sentidos y me hacía sonreír, sonreír, sonreír como si no pudiera haber tristeza en el mundo.

   En realidad creo que me equivoco al recordar este día con tanta fuerza. Porque el día cinco no tiene nada de especial. Nada. Los que son especiales son cada uno de los días que ha pasado desde aquella tarde de otoño, en la que la suerte me sonrió y me dijo "aquí te dejo esto, a ver cómo lo cuidas". Especial es cada hora, cada minuto, cada parpadeo de su mirada que hace que el viento se levante llevando consigo todo lo bueno del mundo. Especial es cada segundo que paso a su lado, y cada segundo que, aunque no esté a su lado, sé que está bien.

   Cada broma, cada chascarrillo, cada expresión nativa mal entendida, cada risa, cada guiño, cada abrazo, cada beso, cada sueño, cada posible futuro imaginado... incluso cada lucha, cada tropiezo cada decepción, cada volver a levantarse y seguir luchando por nosotros... Son parte de una historia, la nuestra, que como las buenas teleseries, no quiero que se termine nunca, ni aún con la muerte. Me gusta ver cómo esta historia sigue creciendo, haciéndose más importante, haciéndose más hermosa. Porque ya pronto, muy pronto, estaremos juntos, luchando juntos por permanecer juntos, y juntos seguiremos porque estando juntos, nada podrá hacer que dejemos de estar juntos. ¿Cómo estaremos? Sí, juntos.

   Juntos y felices.

   Siendo uno.

   Completos.

   Hace tres días que el Rey de España anunció que abdicaba. Me importa más bien poco. Hace ocho meses que la Princesa de mi Corazón se instaló en su justo trono, y este pueblo que es el mío, saciado y contento y con todo por delante, no tiene ninguna intención de hacer que se vaya.

   No te vayas nunca, mi amor.

   No cambies nunca, y yo cambiaré sólo lo que haga falta para hacerte más feliz. Es mi promesa.

   Te amo.

   Días que faltan para volver a abrazarte, a mirarte, a besarte, a hacerte ver con gestos y no con palabras que siempre te voy a amar: 23.

   Días que han pasado desde que viniste a darme la felicidad y a llenar mi libro en blanco de los poemas y las canciones que sólo se encuentran en los cuentos más hermosos: 243.

« Lo más grande que nunca te sucederá es que ames y seas correspondido. »
- "Moulin Rouge", de Baz Luhrman.

 

1 comentario:

  1. Amorcito se que tal vez soy repetitiva, porque creo que no es la primera vez que te digo que me encanta todo lo que escribes, pero es que realmente es así. Tienes un mega talento para redactar cosas tan lindas, así como cada poema que me haces casi todos los días, que al leerlos haces que me derrita como un hielito expuesto al sol. Ya dentro de pocos días nos volveremos a ver y estoy tan emocionada, porque se que ya no nos vamos a separar. Mi angelito que esta en el cielo nos ayuda e intercede por nosotros ante Dios, para que nos bendiga y nos vaya muy lindo.
    Te amo mucho, mi cielo. <3 (Frodo) :p

    ResponderEliminar