viernes, 16 de mayo de 2014

Lluvia cae lentamente sobre mí

   Viernes. Por la mañana esperando que la solución donde está mi proyecto compile. Y, sorpresa, llueve.
  
   La verdad es que a mí me gusta la lluvia. Siempre he dicho que esto es el buen tiempo. Me gusta el agua. Me gusta tener un pelín de frío (sin pasarse). Me gusta el ambiente celta de unas colinas verdes bajo la mortecina luz de las nubes. Mis lugares favoritos en el mundo son Asturias, Irlanda y Escocia, cada cual con un clima peor. Pero, sinceramente, estoy empezando a llegar al punto de "¿Dónde narices está el maldito sol?".
  
   Tal vez me equivoque, pero no recuerdo haber pasado nunca en Madrid más de una semana sin que abra el cielo ni un solo día. Allí, llamamos "una época de mal tiempo" a que llueva cuatro o cinco días en semana. Volviendo a lo anterior, consideramos que Asturias es un sitio lluvioso. Qué risa.
  
   No sé si será el mal tiempo que me aplasta, o que la alarma de mi teléfono tiene algún problema, pero esta semana me he quedado dormido dos veces. El martes desperté a las nueve, justo a tiempo de vestirme y salir corriendo para llegar a la reunión de pie. Además tuve un sueño un poco tristón, más me valdría haber despertado. Y ayer me dormí de nuevo, pero esta vez sólo llegué media hora tarde. Ya he recuperado las horas en la oficina.
  
   Hablando de oficina, aviso breve a compis programadores: si usáis Visual Studio, no actualicéis a la versión 2013. No. No. ¡Huid, insensatos! No lo hagáis a menos que tengáis un equipo lo bastante potente para emular una Play Station 3. Ahí es posible que funcione sin que eche humo el procesador.
  
   Otro efecto secundario divertido del tiempo está siendo la ropa. Llevo ahora mismo unos pantalones que no están completamente secos. Gracias a Dios no tengo reuma. Y no es porque me haya mojado bajo la lluvia (que también), sino porque en una semana no se me ha secado la ropa. La guardé en el baño, y siempre que he estado en casa le he puesto el radiador para ver si así la secaba más deprisa. Pero la verdad es que ha sido peor. La falta de ventilación del baño ha podido ser el problema, yo creo. Noto ya que la humedad y yo somos un solo ente, un solo espíritu. Moistman.
  
   Ayer volvimos a tener la fiesta de la basura. Por no tener las bolsas tan a la vista, en vez de dejarlas junto a las piedras de fuera como el casero me había dicho, las dejé más en el porche. Pero lo mismo dio: el servicio de basuras no pasó (¿no se suponía que pasaban los jueves?), y otra vez algún animal me las abrió. No desperdigaron mucho, pero aún así... No conseguí hablar con el hombre porque no estaba en casa, hoy volveré a intentar asaltarle. Necesito una solución para esto, no puedo tener el mismo problema cada semana.
  
   Qué negativo me ha salido el post de hoy, ¿no? Bueno, la parte positiva es que vuelvo a tener el refrigerador lleno, que Conchita Wurst nos hace sentir muy orgullosos de... algo, no sé, que vamos a empezar un libro nuevo en la clase de alemán (me gustaría avanzar un pelín más deprisa, sólo un pelín) y que mañana el Atleti le va a pegar una paliza al Barça, como todos sabemos.
 
   Y, por supuesto, que sólo quedan 43 días para que vuelva a abrazar y a besar y a ser una sola alma con la persona más maravillosa del mundo. Te quiero, Chaparrita Princesa.
  
   Yupi.
   
« ¿No hay sol en este maldito país? »
- "Robin Hood, Príncipe de los Ladrones"

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