jueves, 9 de enero de 2014

Áigor, cojones

   Igor (a quien al pobre no paramos de llamarle Áigor cual jovencito Frankenstein) es el principal desarrollador del equipo donde yo estoy, y es básicamente quien me está explicando casi todo (junto a Javier y Patxi, pero lo suyo no es porque trabaje con ellos, sino por auténtica amistad). Es un tipo de trato muy agradable, de voz muy suave. De hecho tanto que puede provocar auténtica somnolencia.

   Sabe mucho de lo que habla, eso sí. Se le notan mucho los años en el proyecto, y debe de ser la única persona capaz de memorizar los miles de tablas, vistas, secuencias, triggers, procedimientos, funciones y paquetes de que consta todo el modelo de datos. Además de todas las bases de datos que hay (porque hay algunas oficiales y otras para desarrolladores) y todos sus usuarios. Junto con los cinco idiomas de Patxi, son las dos mentes que más me maravillan.

   Tiene sólo dos problemas explicando: el primero es que, personalmente, cuando yo le cuento algo a alguien y esa persona no me responde con un "sí", o un "ajá" cuanto menos, instintivamente yo dejo de hablar, porque no sé si me está oyendo. Igor no. Igor empieza a hablar y se puede pasar dos horas hasta que llega un momento que te preguntas si se acuerda de que te estaba hablando a ti. Tampoco es algo muy malo, quizá en su lugar yo pecaría de lo mismo.
Como no puedo sacar una foto de Igor
discretamente, os dejo una foto de
su Avatar.


   El segundo inconveniente es que es muy difícil de seguir la línea de pensamientos de una mente multitarea. Pongo un ejemplo: tengo una amiga muy querida en España que, y de esto he bromeado con ella directamente, no es capaz de pensar en un mismo tema durante un minuto seguido. Está hablando contigo, y de pronto deja de hablar porque se ha acordado que tiene que ir a fregar los cacharros. Y empieza a fregar los cacharros, pero lo deja a medias porque se acuerda que tiene que poner a cargar el móvil. Pero coge el móvil, y se pone a ver el Facebook que ese día no lo ha mirado. Y así tiene su mente dedicada a cinco o seis tareas al mismo tiempo, y si uno quiere ayudarle, le es imposible saber en qué. Con Igor pasa algo parecido: te está explicando algo que tendrás que hacer en un futuro próximo, y corta porque le ha llegado un e-mail, y al pinchar un enlace de ese e-mail le lleva a la intranet donde ve otra cosa que se pone a revisar... y así te puede tener hora y media en la silla hasta que se acuerda de que te estaba explicando algo que tendrás que hacer en un futuro próximo. No lo digo como queja, lo digo desde el cariño, la verdad es que me resulta muy gracioso.

   Entre pitos y flautas hoy tampoco he hecho ninguna tarea, pero como mañana él trabaja desde Salzburgo, sí que me ha dejado tarea pendiente para entonces. Espero que Javier pueda ayudarme. Es sencilla, pero todavía tengo que aplicar yo los procedimientos a seguir y eso. Me ha pedido, eso sí, que no suba mis cambios, que los haga sólo en mi ordenador y se los envíe. ¿De qué tendrá miedo? Jee jee jee.

  A la salida del trabajo sólo he hecho algo de compra y he venido a casa cuando ya era noche cerrada (a eso de las cinco y poco). La verdad es que la cuesta arriba se me hace algo cansada, pero sólo por llegar a donde está la casa, merece la pena. Aquí me he puesto a buscar más apartamentos. He enviado e-mails a tres inmobiliarias diferentes que hay aquí en Sankt Johann, a ver si alguna puede ayudarme. Pero con la oferta que estoy viendo, me da la sensación de que voy a tener que buscar en alguno de los pueblos de alrededor. Sankt Veidt y Bischoschofen (espero haberlo escrito bien) parecen tener pisos interesantes, y sólo tardaría tres minutos en llegar aquí en tren.

   Ah, un último apunte: simplemente a base de escuchar a la gente estoy empezando a captar algo del idioma. Evidentemente no puedo entender el significado de las frases, pero sólo el tono de voz y las palabras que se parecen a su correspondiente inglesa (como Passwort) ya me dan para decir "Pues parece que hay un problema en el código que ven complicado y les va a llevar varios días hacer". No los detalles ni lo que se decir, pero por el contexto se puede sacar un poco la idea general de qué trata la conversación. Además, lo de estar buscando piso me está enseñando un montón de vocabulario inmobiliario ([ver]mieten, möbliert...). Al final va a ser verdad lo del Guerrero número 13:

"- ¿Cómo has aprendido nuestro idioma?
- ¡Escuchándoos!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario