viernes, 4 de abril de 2014

Cosas que tenía pendientes

   Bueno, una semana ya ha pasado desde que se fueron mis padres. La casa sigue en pie, no he quemado nada... No, creo que no he quemado nada. No esta semana al menos.

   Repaso: me ha dado tiempo a terminar un par de proyectos del trabajo que estaban atascados desde casi el mes de enero; me ha dado tiempo a empezar y terminar la segunda parte del curso de alemán (que, como no se reanude, a mi empresa le va a sentar fatal tener que pelearse para recuperar el dinero); me ha dado tiempo a pedir de una maldita vez la tarjeta eCard...

   A propósito de esa tarjeta: es una tarjeta de la seguridad social, con la que puedo ir al médico y no tener que estar usando el seguro. Y tengo que ir. Han vuelto mis habituales mareos primaverales. Llevo toda la semana con ellos. En España, la pasada primavera, los médicos me dieron veinte mil vueltas mandándome de un médico a otro hasta que los mareos se pasaron solos. Aquí espero que me puedan decir algo. Intentaré pedir cita para la semana que viene.

   Y, en último lugar, pero no mucho menos importante, me ha dado tiempo a comprar una TELE.

El centro de cualquier hogar. Ahora que me fijo,
a esa pared le falta algún cuadro, ¿no?
   Sí, una TELE.

   Una tele bien chida y bien grande que me ha costado casi la mitad de lo que me costó la última que compré. No sé si es que los televisores en general han bajado de precio en los últimos cinco años, o solamente es aquí. El caso es que se ve muy bien, y ahora lo que me falta es un cable HDMI para conectarla al ordenador.

   Lo de la tienda ha estado bien, porque el empleado del departamento de televisores no hablaba inglés, así que he tenido que chapurrear un poco las cuatro palabras que sé de alemán. He podido comprobar lo que ya sospechaba: que puedo hablar tres o cuatro palabras de alemán para hacerme entender, pero lo que es entender... Niente. Nada de nada. Nichts von Nichts. :-p

   Me falta solamente el ordenador grande, la torre, para poder decir que estoy oficialmente instalado, jeje. Bueno, algo de ropa de verano tampoco vendría mal, la verdad.

   Ains, echo de menos a mi Chaparrita Princesa. Como con todo, veo la tele nueva y lo que tengo son ganas de verla con ella. Aunque la verdad es que, cuando eso pase, al televisor le haré poco caso, imagino.

   Días para volver a ver películas cheveres mientras la abrazo: 85.

« Sin tele y sin cerveza Homer pierde la cabeza. »
- "Los Simpsons"

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