lunes, 7 de abril de 2014

Mein Name ist Guybrush Threepwood und ich will Pirat werden!

Como no he sacado fotos, he decidido empezar
con una foto mía. Hacía sol en esa... nave...
   El fin de semana fue el cumpleaños del alemán. En realidad fue el miércoles pasado, pero el hombre no nos lo dijo hasta el día siguiente. Le tuvimos que comprar el pertinente regalo un poco deprisa y sin muchas ideas, pero al final le compramos una botella de whisky, y parece que la idea le gustó. Me parece que sus palabras fueron "habéis elegido lo mejor" o algo así.

   Eso sí: a ver si me aprendo de una vez que esto no es España, que aquí no aceptan las tarjetas de crédito en todas partes, y que tengo que ir con dinero en efectivo a los sitios. Queda muy feo pedirle dinero a la persona que está celebrando el cumpleaños. Menos mal que hoy ya se lo he podido devolver. No se ha molestado ni nada, es un tipo majo, pero yo siento que queda como feo. Ya no digamos del euro que le sigo debiendo al pobre Javier desde el jueves pasado.

   Áigor sigue llegando tarde. Hoy no ha llegado ni siquiera a la reunión de pie. Ha llegado bastante más tarde, de hecho. Ahí estábamos varios esperándolo como agua de mayo. Porque resulta que todas las tareas pendientes tienen algo que aclarar desde hace más de una semana. Pero la verdad es que, el hombre hace tantas cosas (y no estoy seguro de que todas sean competencia suya), que al final estas tareas pendientes no se mueven. Supongo que los compañeros de desarrollo deben de estarse calentando un poco con nosotros. No sería para menos.

   Hoy estaba haciendo una tarea. He llegado a un punto que necesitaba aclaración, así que me he puesto a hacer otra. En esta segunda he llegado a otro punto que también necesitaba aclaración, así que me he puesto a hacer otra más. Se me van acumulando. Lo mejor que puedo decir es que mañana por la mañana tengo trabajo que hacer, y no voy a aburrirme.

   En un momento de la mañana me he escapado para ir a la oficina del registro a darles una copia de mi pasaporte nuevo, que me habían dicho quedaba pendiente cuando me registré. No recordaba que además les había enviado algún correo preguntando por documentación, porque estamos intentando averiguar cómo conseguir a la Princesa un visado de seis meses (que hemos descubierto que existen por mero motivo de visita). Hoy estaban un poco de mal humor, y no parecían muy dispuestos a ayudar demasiado sin que hablase alemán. Sencillamente no lo entiendo, me recuerda un poco a la polémica de hablar catalán en el Senado: si sabes hablar el mismo idioma que tu interlocutor, ¿para qué le hablas en un idioma en el que sabes que no te está entendiendo? Para tanto como eso, no le digas nada. No es que me parezca ofensivo, es que me parece una chorrada. Pero bueno, se han quedado con la copia del pasaporte, que era lo que interesaba.

   Por cierto, que los servicios de atención siguen igual de bien como cuando compramos los primeros billetes: prácticamente lo único que hacen es forward. La serie de televisión Flash-Forward podría haberse basado en las experiencias de los servicios de atención al cliente, de hecho. "Aquí no es eso, pregunte en otro sitio, y no moleste".

   Por la tarde ya volví a casa, y como no tenía curso de alemán, he ido a empezar uno que tenía pendiente. Pero la verdad es que he dejado los ejercicios del primer tema por "un poco tolis", y mañana lo intentaré con el segundo. Y cuando digo que son "un poco tolis", me refiero a cosas como esta:

Cuando dijeron "curso de idiomas para dummies", no
creí que se lo tomaran al pie de la letra.

   De todas formas, admito que este era el tema de las presentaciones, y que puede no ser una representación de lo que el curso ofrece. Mañana intentaré hacer los ejercicios del tema 2, que versa sobre cosas de viajes.

   En vez del curso, he estado un rato jugando a Das Geheimnis von Monkey Island. Sí. El primero de la serie. Y el mejor. Me sé el Monkey Island 1 frase por frase, así que me lo he empezado a hacer en alemán, parándolo constantemente para analizar las frases. De momento he descubierto algo de vocabulario, y cómo construir los superlativos (que básicamente es igual que en inglés). 

   A media tarde ha venido el casero a hablar conmigo porque mañana se van de vacaciones al Caribe. Dos semanas. Me han dejado el número de teléfono de su hermano (por si acaso), una planta para que la cuide, y me ha devuelto la bolsa de basura de esta mañana porque, ¡horror!, he tirado una esponja con los orgánicos. La verdad es que no tenía ni idea de que las esponjas fueran de plástico, pero él sabrá.

   He descubierto lo que ocurre: en España, ante la duda, tiramos la basura al contenedor de orgánicos, porque habrá una planta de tratamiento de residuos donde se separará. En Casa Harald no puedo hacer eso, porque el hombre lo que tiene es una especie de pozo detrás de casa donde, literalmente, quema la basura orgánica. De ahí su insistencia de que sólo puedo tirar orgánicos y nada más que orgánicos. Me pregunto qué clase de restos habrán desaparecido en ese lugar... Joseph Bretonen...

   Todo sigue bien. El sol brilla, los pájaros cantan, las hormigas corretean por la casa felices, y la Princesa me quiere. Sólo espero que las cosas sigan el curso que están siguiendo, porque de momento me siento muy optimista.

   Soy feliz.

   Días para acariciar las mejillas de la mujer más dulce que jamás haya nacido sobre la Tierra: 82.

« Quiero estar contigo, regalarte mi cariño. Ver tus ojos disfrutando con los míos hasta siempre. »
- La Oreja de Van Gogh

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