domingo, 20 de abril de 2014

El Retorno del Rey

   Ayer regresaron mis caseros, Harald y Gerlinde. Venían felices, cansados y con jet-lag. Gerlinde ha cogido bastante moreno, pero a él no se le nota tanto. Me parece que el hombre es de la misma liga que yo, algo me dice que los primeros días se ha debido de quemar. Un presentimiento. Me regalaron un huevo verde (tal cual) y una chocolatina con forma de conejo, porque dijeron que eso era lo típico para comer el Domingo de Resurrección. Nunca había oído hablar de semejante costumbre. Ya les mencioné que el de la basura no había pasado por nuestra casa, lo que parece que les sorprendió mucho. Pues sí, buen hombre, así es, nos ignoró.

   Esta noche me he acostado bastante tarde, a las cinco. Cuando estuvieron aquí, mis padres cortaron unos cartones con los que tapaban las ventanas para que no les molestase la luz por la mañana. Yo, aunque normalmente no los uso (la verdad es que se me hace bastante agradable despertarme con la luz del sol), he conservado los cartones por si acaso. Y esta vez, he pensado que faltaba apenas una hora para amanecer, así que mejor usar los cartones y así poder dormir un poco más.

   Un poco más... Bien, ni con jet-lag me había pasado esto: he despertado a las dos y media de la tarde. Menos mal que me sobraba comida de ayer y no he tenido que cocinar (me había hecho ayer algo parecido a una ensaladilla rusa). Y la verdad es que hacía bastante tiempo que no conseguía dormir más de nueve horas seguidas. Me ha sentado estupendamente, me he sentido todo el día bastante fresco. Ahora la cuestión es si seré capaz de dormirme a una hora humana hoy.

   A la tarde he ido a dar un paseo y me he tomado unas cervezas con Javier y Adriana que también salían a dar una vuelta. Al regreso me he vuelto a encontrar con Harald, que estaba examinando el terreno que había dejado una excavadora durante esta semana: han echado tierra, ampliando ligeramente el terreno que tenemos delante de la casa (más allá hay un barranco bastante interesante cuando uno regresa de noche con demasiadas cervezas encima). Me ha dicho que mañana apartará rocas. Si coincido con él en horas le echaré una mano, pero, conociéndoles un poco, me parece que madrugará bastante más que yo. Sí. Esa será mi excusa, jeje.

   Días para dormir un número infinito de horas junto a mi amor: 69. (sí, todos habéis pensado lo mismo, pero no hace falta que lo digáis, marranos!)

« No voy a despertarme porque salga el sol. »
- Fito y Fitipaldis

No hay comentarios:

Publicar un comentario