lunes, 24 de febrero de 2014

Todo vuelve

   El viernes pasado necesitaba que hicieran una prueba para este programa que únicamente falla en el ordenador del cliente. Aparentemente sólo un chico del departamento de pruebas puede hacerlo, no sé muy bien por qué. Y aparentemente ese chico, la semana pasada, trabajaba turno de tarde, por lo que sólo pude coincidir con él durante media hora. Me dijo que probaría y que me mandaría un e-mail con el resultado. Yo contaba con ver ese e-mail por la mañana. Y que no se me malinterprete, no lo digo por echar nada en cara al pobre muchacho, seguro que estaba liado con mil cosas. Pero la cosa es que esta mañana lo que tenía era un e-mail diciendo que lo probaríamos juntos mañana. Me parecería correcto de no ser porque tenemos que entregar la versión pasado mañana. Si todo va bien, qué padre. Pero si sigue fallando, pensé, nos van a coger con los pantalones bajados.

   Así que le he pedido la prueba a otro compañero suyo. Que me ha dicho algo de que tenía que pedir la vez para poder usar la máquina del cliente, y que ya vería si podía probar hoy, si no mañana. No estoy seguro, pero yo creo que él sabía perfectamente que mañana ya lo probaría con su compañero. En fin, que no he podido probarlo, y ahora estoy cruzando los dedos esperando que mañana consigamos reparar el problema de una lkdjalkfjaldskjfalkdhfs vez.

"¡Yo soy Espaustriaco!" - Aiditaprincesa Dixit
   Me he pasado más de media jornada rehaciendo una cosa que creía que ya había hecho. Pero en alguna limpia me la he debido de llevar por delante sin querer. Con Áigor he sido honesto, y se lo he dicho, que tenía que volver a hacerlo (afortunadamente ya no necesito saber cómo ya lo vi en su momento, y voy mucho más deprisa). Pero la verdad, preferiría que no lo sepa mucha más gente. Sí, voy a hacer la táctica del avestruz.

   A mitad del día han venido a reclamarme un error. Y es que lo que dije el jueves que había conseguido solucionar, en realidad estropeó otra cosa, bastante más importante. Ole. Bravo. Bien por mí. Y es que esto es una cosa muy habitual de este negocio: por mucho tiempo que haga que hayas desarrollado algo, no puedes sentirte seguro; Patxi, por ejemplo, hace poco ha tenido que solucionar una prueba fallida de una funcionalidad que programó hace siete meses. 

   Esto me obliga a abrir una pregunta, y por favor, espero que nadie se sienta ofendido, si lo pregunto es porque honestamente no lo sé. Pero en la experiencia que yo tengo, la cosa es tal que: se piden una serie de modificaciones (numerosas) para la nueva versión de un sistema; un par de "desarrolladores másters del universo" se encargan de coordinar y planificar las fechas y plazos de cada cambio, y quién hará cada uno; nosotros los vamos haciendo y entregando, muchas veces deprisa, mal y sin apenas probar porque no tenemos tiempo, porque según la planificación tendríamos que estar haciendo ya otra cosa. Pero esa es la cuestión: entregamos mal, porque damos prioridad a entregar las cosas a tiempo, en la fecha que habíamos planificado. Y, sin embargo, lo que solemos ver, es que de los departamentos de prueba empieza a llegar dos incidencias a la semana... tres a la semana... Hasta que faltan dos semanas para entregar la versión definitiva del sistema, y de pronto aparecen 50 incidencias de golpe.

   En serio, no es mi intención atacar a nadie, pero desde nuestro lado cabe preguntarse cómo se hacen las planificaciones de un equipo de pruebas. Espero que alguien me pueda ayudar a aclararlo. Y estoy seguro que desde el punto de vista de estos testers la imagen será muy diferente a la mía e igualmente válida (o más).

   Después de debatir con Áigor y con otro compañero-jefecillo la mejor solución, he aplicado una, pero la entregaré mañana a primera hora de la mañana, porque para entonces ya tenía que marchar al curso.

   Otra cosa curiosa del día de hoy es que como, por fin, ha vuelto todo el mundo de vacaciones, la reunión de pie diaria parecía una multitud.

   Javier y Adriana continúan estupendamente y ayudando mucho. Estamos cruzando los dedos para que Adri consiga encontrar trabajo. Es muy injusto que con sus dos másters no la llamen de ningún sitio. Porque no tiene experiencia con la economía austriaca, dicen. Como si en todos los trabajos no hubiera un período de aprendizaje.

   El curso ha estado muy bien. La profesora, que al principio me caía gorda por su evidente adicción al trabajo, cada día se me hace más simpática. De hecho me recuerda un poco a cierta guía que conocí con unos amigos en Irlanda, en una fábrica de whisky. La guía en cuestión no explicaba el proceso de fermentación del whisky; prácticamente lo cantaba. Ella era feliz como un teletubbi, daba saltos y todo. Sospechamos que en cada visita se bebía un par de chupitos. Pero la cuestión es que aquella mujer era una persona feliz de su trabajo. Desde que la conocimos siempre decimos que hay que ser como Colette, para referirnos a que hay que ver el mundo con una GRAN alegría.

   Y mi profesora de alemán es un poco así. Está feliz de la vida. Parece que ha dormido con una percha en la boca. Todo le hace gracia. Verme dormir en el descanso le hace gracia. Supongo que es porque se me ve la coronilla.

   A la vuelta la compañera macedonia (Rodna) me ha dicho que hoy ha traido coche, y como Sankt Johann le pilla de camino se ha ofrecido a llevarme. Según nos hemos subido en el coche me ha advertido: 'No sé conducir demasiado bien, estoy aprendiendo'. Yo me he movido algo incómodo. 'Pero tienes licencia, ¿verdad?'. 'Sí sí, pero de Macedonia'. Bueno, a mí me da igual dónde se haya sacado la licencia mientras alguien le haya enseñado a conducir. Aparte que el ofrecimiento ha sido bien generoso y simpático, no lo iba a despreciar ni faltar de agradecer (¿esto está bien dicho?).

Por si alguien no se acordaba del
mayordomo ciego de Robin Hood (1991)
   Madre mía. El mayordomo ciego de Robin Hood tiene más idea de cambiar de marcha que esta muchacha. De hecho las rotondas las ha cogido en quinta. ¿Porque iba muy deprisa? No no, si frenar frenaba, pero no bajaba la marcha. En todas he estado seguro de que se iba a quedar el coche en el sitio. Y mejor no hablar del frenazo que ha dado al llegar al McDonald's.

   En fin, ella lo ha hecho con la mejor intención, y se lo agradezco. Y sigo vivo.

   No sé si seguir contando lo de las uñas. Lo cierto es que hoy me las he vuelto a morder. No con saña y a lo bestia como otras veces que las he tenido muy largas (es un decir) y me moría de ganas. Me las he mordido un poco. Ha empezado juntándose la necesidad de evitar los uñeros con el aburrimiento de escuchar una hora y media (en serio, ¡una hora y media!) de explicación de Áigor. Y el fallo ha sido que me he sometido a eso sin un llavero con el que jugar. El caso es que, aunque no me las he mordido mucho y no están "rotas" como otras veces, lo cierto es que me las he mordido. Así que sí. Cero. Lo siento.

   Días para que el sol se instale en Austria en la forma de una maravillosa princesa mulata y la gente de aquí nunca lo olvide: 12.

« - ¿Dónde aprendiste a conducir?
- ¡Con Steve Wonder! »

- "Tango & Cash".
Sí, he visto esa película, y lo más grave es que la he visto más de una vez.

5 comentarios:

  1. Lo mas grave es que te gustó la peli jajajaj. Deberias dejar el blog y hacer uno solo de frases de pelis. Y un oscar a los guionistas de Tango y Cash!!

    ResponderEliminar
  2. - "entre tu y yo...eres un capullo"
    - "si? Pues tu eres un hijo de p... que va a morir"
    - "tal vez, pero pronto estare muerto...y tu seras siempre un capullo"

    Ahi mi granito de arena en solidaridad con los grandes guionistas olvidados jajaja

    ResponderEliminar
  3. Esa escena es mítica entera. "¡Se acabó la liga, cabrón!". Puro Shakespeare. XD

    ResponderEliminar
  4. Y "jodida gravedad, verdad?" Jajaja esa pelicula no tiene una frase mala.

    ResponderEliminar